Twitteando @desdelaMoncloa

Pensemos en una cuenta de Twitter con más de 477.000 seguidores, con un flujo de tweets a día de hoy de más de 20.5k… Influyente, pensaríamos. Muchos de nosotros tendríamos nuestro ego saciado con tal cantidad de seguidores, que además siguen aumentando -a ritmo irregular- cada semana. Encantados estaríamos, y si no fuera nuestro Twitter personal, sino el de nuestra empresa u organización entenderíamos que progresamos adecuadamente en el maravilloso “mundo Twitter”.

Pero no, no es mi Twitter ni el de la fundación con la que colaboro -ya podría-, la cuenta en cuestión que disfruta de estos números es @desdelamoncloa; el Twitter oficial de la Secretaría de Estado de Comunicación del Gobierno de España, que se puso en marcha en 2009. Fue la pionera, a esta cuenta le siguieron las oficiales de los diferentes Ministerios (Industria, Exterior, Trabajo…) y otros organismos oficiales como Hacienda.

moncloa

No he sido muy de seguir cuentas oficiales del Gobierno en esta red social, me considero informada de sus pasos en los informativos, en sus páginas webs y en sus “ruedas de prensa”. Pero en febrero de 2015 una noticia incendió las redes: “Moncloa ataca a Alemania en su cuenta de Twitter oficial”, increíble pero cierto, el tweet literal era: “Alemania cargándose Europa, que raro, nunca había ocurrido”. Sí, puede ser un hackeo o un error de cualquiera de los administradores, pero, pese a borrarlo y hacer “como si no hubiera pasado nada” al final, la difusión de esta noticia fue una nueva campaña publicitaria para esta cuenta de Twitter.

En realidad, la primera campaña publicitaria se hizo desde la misma cuenta y al poco de abrirse. La actividad que creó a los principios de su carrera por las redes sociales atrajo a gran cantidad de seguidores. Muchos políticos, periodistas o creadores de opinión de muy variadas sensibilidades políticas vieron con buenos ojos la era digital en la que se adentraba el Gobierno. Se sabían informados, tal vez leídos por aquel que vivía en La Moncloa.

En solo una semana ya había superado los 2.200 seguidores. Twitteaba información relevante, también del Gobierno, pero más bien de lo que pasaba “desde-la-moncloa”. En su timeline había retweets de políticos, aunque no estuvieran en el gobierno, periodistas o incluso ciudadanos. Hasta contestaba y conversaba con otros usuarios.

El tono del lenguaje era adecuado, cercano y correcto, pero sin caer en el institucionalismo de otras cuentas parecidas. Y hablo en pasado porque, igual que el lugar que cita su nombre, los responsables cambiaron y el uso que se dio a esta cuenta también.

Todo lo alabada que fue al principio, con gran cantidad de menciones en los blogs más importantes, también en la prensa escrita y una gran actividad por parte de los seguidores que creaban el feedback que toda cuenta desea tener, cambió radicalmente con los nuevos administradores de la cuenta. En 2013 publicaron además las normas de uso para interactuar con esta cuenta… Inaudito, instrucciones para poder hablar con alguien en Twitter.

Todos entendemos que el respeto es la base de la comunicación, por supuesto que hay muchos que se saltan este principio a la torera, pero la gran mayoría hacemos un uso responsable, sobre todo cuando se trata de interactuar con otros usuarios y más si cabe si se trata de organismos públicos. Pero en sus normas de uso van más allá de instruirnos en la redacción, dejan claro que no tienen pensado contestarte y que, si tienes alguna duda de la información dada, te dirijas al departamento en cuestión sobre el que tengas dudas…

En fin, entre las maravillas de crear normas y que decidieron dejar de seguir a toda cuenta que no fuera una administración u organismo público nacional o internacional, se excusan en que esto facilita la gestión de la cuenta… Bueno, gestionar una cuenta con 41 seguidos no es que sea fácil, es que no necesita gestión. Y si avisas de que no contestarás los tweets en los que seas citado… “apaga y vámonos”.

Sin ánimo de ilustrar a @desdelamoncloa cómo gestionar su cuenta, sí que observo que poco ha aprendido de su inquilino. Porque mucho pedir sería que simulara una de las cuentas institucionales con más éxito: @policía, que es muy recomendable, pero no el objeto de nuestro estudio. Pero es que, la estrategia de indexar links de la agenda del Gobierno o de las publicaciones de BOE, es poco interesante, y retweetear solo a las cuentas oficiales de otros organismos públicos es, simplemente, repetitivo, innecesario y monótono.

Mariano Rajoy es, además del único honorable humano seguido por la cuenta institucional de su vivienda, un usuario muy activo en Twitter, tiene muchos más seguidores porque tanto la información, como la comunicación y el feedback están mucho más trabajadas, además de seguir a muchos otros usuarios -parte importante de una estrategia en esta red social-. Y es en esta cuenta y en las de otros miembros del Gobierno donde se crea la agenda-setting de la Administración del Estado.

Son ellos, en primera persona y en sus cuentas personales donde intentan marcar lo que es noticia y lo que no para los ciudadanos de la Nación y parte del extranjero, con permiso de los medios de comunicación y miles de usuarios que se informan -extrañamente- por fuentes ajenas a estas “oficiales”. Porque, aunque a algunos les pese, influenciar en lo que para la sociedad es noticia o no, está en más manos que en las de los gobernantes.

 

Webgrafía:

www.lamoncloa.gob.es/paginas/varios/RedessocialesTwitter.aspx

elpais.com

gaceta.es

albertmedran.com

www.cesarcalderon.es

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